sábado, 22 de octubre de 2011

Letra Canción "Violencia Machista"


Toda la vida aguantando un infierno conyugal
su boca huele a ginebra y su cuerpo huele mal
sigues pasando los días evadiendo la realidad
el miedo brilla en tus ojos, hoy te ha vuelto a golpear
No merece la pena, mujer, tu pasividad
no merece la pena, mujer, debes de actuar
no merece la pena, mujer, tu pasividad
no merece la pena, mujer, ármate
Violencia machista violencia fascista...
Como cada día, una nueva vejación
como cada noche, una nueva violación
palabras de amenaza que se pueden consumar
el miedo te enmudece, ya no puedes aguantarlo más
No, ni una más, no te dejes humillar
abandónale, que se pudra en soledad.
ven, sal de ahí, date una oportunidad
rompe de una vez las cadenas, vuelve a la libertad
Violencia machista violencia fascista...
Fuiste a denunciarlo y aquí no ha pasado "na"
nadie mueve un dedo en esta puta sociedad
llorando te preguntas hasta cuándo va a durar
conoces a ese cerdo y sabes que pronto se vengará
No, ni una más, no te dejes humillar
abandónale, que se pudra en soledad.
ven, sal de ahí, date una oportunidad
rompe de una vez las cadenas, vuelve a la libertad
Violencia machista violencia fascista...
Al día siguiente la audiencia subió en todos los reality shows
víctima de una terrible agresión su larga agonía acabó
mientras la ley no te quiera escuchar y siga dormido ese juez
mientras el mundo no quiera cambiar, autodefensa mujer.
Defiéndete, defiéndete...
Si estás en la misma situación defiéndete
si ya no queda otra solución defiéndete
si alguien te trata de imponer defiéndete
enséñale tus dientes mujer.

domingo, 9 de octubre de 2011

Violencia Machista


Introducción

En este trabajo me gustaría hablar de aquellos rasgos

comunes que la mayoría de los estudios aportan sobre lo que

caracterizaría a una parte significativa de los hombres que    

maltratan, a las mujeres.

No hablamos de hombres con problemas mentales, son hombres

que atraviesan todas las variables, (condición

socioeconómica, edad, educación,etc) de forma más o menos

homogénea, no habiendo diferencias significativas entre

ellas.

Con unos rasgos psicosociales donde hay una clara búsqueda

del control de la relación; una dificultad para hacer

frente de forma adecuada a situaciones conflictivas en

ámbito de pareja y sobre todo de índole personal; donde la

mayoría (más del 50%) sólo son violentos en el ámbito

familiar; con tendencia a normalizar la violencia a la hora

de resolver los conflictos; haberse formado en una cultura

de la desigualdad sobre lo que debe ser un hombre y una

mujer; con poca capacidad para comunicar sus sentimientos

y para hablar de sus problemas afectivos aislamiento

social, una inseguridad oculta de autoritarismo y su

correspondiente fuerte, la dependencia emocional, y el

desarrollo de actitudes de control, vigilancia y celos

hacia su pareja; poca tolerancia a la frustración y temor a

perder su poder; pobre imagen de si mismo: preso de una

autoimagen desvalorizada, sobre todo en el mundo exterior





Consecutivamente las evidencias van demostrando que la

violencia intrafamiliar es un problema social de enorme

magnitud, que está sustentado en una compleja red de

estructuras culturales, sociales, legales y relacionales

que complejizan su comprensión y abordaje en donde en este

caso el hombre agresor será sujeto de este estudio.

El Enemigo en tu casa

Para el maltratador, la mujer es un objeto que le pertenece

y cuando no acata sumisamente su voluntad, cuando se le

ocurre 'rebelarse', se siente humillado y recurre a la

violencia. Ésta es la clave de la conducta del maltratador.

Un hombre celoso, posesivo y controlador, suelen recurrir a

la mentira y no se reconocen como maltratadores, es como si

tuviese una especie de derecho natural para degradar a su

pareja.

Los golpes que propinan a la mujer se transforman en una

simple “pelea” cuando quien lo cuenta es el agresor. Los

insultos y gritos, son simples “problemas de pareja” todo

lo minimizan y normalizan ellos no son concientes del daño

que hacen. Simplemente ponen a sus mujeres “en el lugar que

les corresponde” (siempre por debajo de ellos.)

La violencia también se puede decir que es una conducta

aprendida.

En cuanto al conocido ciclo de la violencia esta tiene tres
etapas sucesivas primordiales.

En la primera etapa se incrementa la tensión y la víctima
intenta progresivamente tratar agradar al abusador para
evitar la violencia. Si la violencia sigue este ciclo, la
víctima puede enfrentarse con la pareja porque ha visto que
la violencia es inevitable. Al hacer esto la tensión cada


vez se vuelve mayor. La segunda etapa es donde se inicia la
violencia de cualquier forma y siempre es dolorosa.
Tercera etapa y finalizando el ciclo, el abusador pide
perdón a su pareja, por el remordimiento y probablemente
dice que jamás sucederá por la realización de un
comportamiento positivo. La victima puede sentirse
recompensada y lo perdona, creyendo que no va a suceder la
violencia de nuevo. Ahí estaríamos hablando de la luna de
miel.
Sin embargo el circulo de la violencia ya estaría obsoleto,
en términos de Vif, por que para la victima no existiría
tal luna de miel, debido  a que siempre estaría por temor
bajo el control del hombre.

Hoy hablamos de la rueda del poder.




Socialmente no hay un prototipo de maltratador; puede ser
de clase alta o baja, con estudios o sin ellos, joven o

viejo.“Es un perfil plano” dice Luis Bonino(Psicoterapeuta)

que trata a unos 50 de estos hombres al año. Su conducta no

tiene por qué estar ligada al consumo de alcohol o drogas

en el 80% de los casos no lo está y tampoco a desviaciones

http://youtu.be/Rb5m6v0Ete8




psíquicas. En contra de lo que pueda parecer, la mayor

parte de los agresores, no son enfermos mentales. Según

Enrique Echeburúa, (psicólogo clínico) el 20% de

los hombres maltratadores, sí presenta un trastorno mental,

alcoholismo, esquizofrenia, paranoide, trastorno delirante…

Pero el 80% son ‘normales’; no existe un trastorno grave,

aunque sí presentan alteraciones de la personalidad y

cognitivas, como un machismo extremo o la justificación del

uso de la violencia para resolver problemas.

Lo único que tienen en común es que son hombres que tienen

muy interiorizada la idea de que la mujer está a su

disponibilidad. Según asimilen más o menos esta idea se

convertirán en un tipo diferente de agresor: asesinos,

violentos físicos o psicológicos, controladores… En

ocasiones los hombres con mayor status social y cultural

recurren a formas más sutiles de violencia, como la

psicológica, mientras que los que tienen un nivel cultural

menor, optan directamente por los golpes.

Los valores machistas que imperan en la sociedad han calado

hondo en estos hombres, llevándoles a extremos límite.




Muchos incluso sufrieron maltratos en su infancia y han

interiorizado la violencia como un comportamiento normal.

Los golpes y los gritos son su único recurso, la única

forma de enfrentarse a una vida que no transcurre como a

ellos les gustaría.
Cuando trasciende un caso de maltratos, la mujer puede
llevar años sufriéndolos. Y si los maltratos pueden
producirse en cualquier etapa de la historia de la pareja,
es en el momento de la ruptura y tras esta, si se produce,
cuando llegan a exacerbarse.
El hombre maltratador tiene problemas de identidad y mucha
dificultad en cuanto al manejo de la agresividad, se le
dificulta construir relaciones afectivas satisfactorias
debido a la desconfianza hacia las demás personas.
Desde el punto de vista psicológico se ha explicado la

conducta violenta como una expresión de ira o enojo; de

hecho, se ha creado una forma de tratamiento que permite a

los hombres "sacar" su ira golpeando almohadas ,objetos

similares y gritando para expresar libremente esa emoción.

Este tipo de tratamiento se conoce como "control de la

ira", y nos puede hacer plantearnos una cuestión: ¿el hecho

de animar a una persona violenta a que golpee un objeto

controlado, tal como una almohada, reduce su agresividad

como dice esta teoría (de base psicodinámica) o la aumenta

al reforzar sus manifestaciones agresivas y generalizar su     

respuesta a la vida real? Cuestionamientos aparte, esta




teoría supone que el hombre debe aprender a expresar la ira

adecuadamente.

Otra explicación psicológica es la que se realiza desde la

teoría de sistemas. Esta explicación supone que es la

pareja la que está dañada, y no sólo el hombre. Trata de

esclarecer de qué manera ambas partes de la pareja

participan como responsables de la violencia que existe.

Esta interpretación ve a la pareja como un sistema que

tiene cierto equilibrio, y cuando éste se rompe por

influencia de una o ambas partes, surge el potencial para

la violencia.

No es extraño entonces observar el hecho de que

En América Latina los hechos violentos constituyen la

segunda causa de muerte.

El análisis de la violencia intrafamiliar, debe comenzar a

partir de las diferentes posturas que se asumen en el

hogar, por ejemplo: las concepciones de prepotencia que

manifiestan algunos de los miembros de la familia al

considerarse el eje central, que implica el hecho de no     

aceptar la individualidad de cada uno de sus miembros,

denotándose una relación de dominación dentro del

vínculo familiar que puede convertirse en algunos casos en

patrones o modelos de conducta. Esta forma de dominación

tiene su base en gran medida en la cultura patriarcal,

la cual establece las relaciones de desigualdad entre los

integrantes de la familia, interpretados como producto de




las características biológicas y psicológicas de los seres

humanos.

Podemos preguntarnos acerca de las causas de las diversas

Formas de manifestación de la violencia intrafamiliar y a

nuestro juicio no podríamos dejar de mencionar los

siguientes factores de orden sociocultural, económico,

psicológico, ideológico y educativo.

Formación desde la familia de patrones socioculturales

Violentos incluyendo patrones de consumo de sustancias

tóxicas, ausencia de ayuda y solidaridad.

Desorganización familiar, que implica específicamente

desatención a la proliferación de conductas agresivas, no

preocupación por promover patrones de conducta adecuados

de convivencia social y paz entre sus miembros. Esto está

relacionado en muchos casos al ejercicio de una autoridad

desmedida por alguno de los miembros de la familia, el jefe

familiar fundamentalmente sea hombre o mujer, pues por

ejemplo en nuestro país hay un incremento significativo de

familias donde el jefe del núcleo familiar lo constituye la

mujer, que incluyen castigos y actitudes violentas hacia

diferentes miembros de la familia donde una gran cuota la

tienen los niños y niñas, mujeres y ancianos. Al mismo

tiempo esta desorganización familiar incide en el no

cumplimiento o el descuido de las funciones familiares

fundamentales: comunicativa, económica, biológica, afectiva

reguladora, que es ya de por sí una forma de violentar a




sus miembros.

Pobre capacidad de comunicación y de sensibilidad dentro

de la institución familiar que impide procesar la

información y ponerla en función del desarrollo armonioso

de los intereses de cada uno de los miembros y de la

familia en general, que garantice el flujo de un sistema de

orientación valorativa que incluya el desarrollo de valores

como: la solidaridad, la paz,la justicia, el amor, frente a

expresiones como la violencia, la agresividad, el no

respeto a los demás en el seno familiar.


Emile Durkheim (Hecho social): manera de actuar, pensar y

Sentir, exterior al individuo e independiente del

individuo.

Las conductas de los individuos son modeladas por la

sociedad. Poder coercitivo del hecho social. 



-considerar los hechos sociales de una manera aislada de

sus manifestaciones individuales aborda la violencia

familiar como un hecho social y por tanto, objetivo y

coercitivo, señala que basta con observar la manera en que

los niños son educados. En su obra. Las reglas del método

sociológico, al definir que toda educación consiste en un

esfuerzo continuo por imponer al niño maneras de ver, de  

sentir, y de obrar, a las cuales no habría llegado

espontáneamente",reconoce que desde los primeros años de su

vida el niño se está impregnando de formas de actuación de




las cuales no están exentas las violentas que también

aprende y lleva a su práctica particular. Al mismo tiempo

el autor destaca la necesidad de valores morales, aceptados

de forma común en la familia, hacia la acción, teniendo en

cuenta el conjunto de sentimientos y creencias que median

sus relaciones, su conciencia colectiva. Su perspectiva

objetiva del fenómeno de la violencia familiar se constata

aún más cuando señala la misma como resultado de la presión

que ejerce el medio social, sobre el individuo tendiendo a

moldearlo y a obrar de acuerdo con sus normas y reglas

sociales.

Evidentemente estas ideas refuerzan los criterios referidos

al rol de la familia y el medio en la formación y adopción

de este tipo de conducta. Él señala: Esta presión de cada

instante que sufre el niño, es la presión misma del medio

social, que tiende a moldearlo a su imagen, y de la cual,

los padres y los maestros no son sino, los representantes y

los intermediarios".

En el análisis de la violencia familiar como fenómeno

social son muy importantes las valoraciones ofrecidas por

Marx en las Tesis sobre Feuerbach, en que se critica una

concepción unilateral de la educación y donde él plantea

que: olvida que son los hombres, precisamente los que hacen

que cambien las circunstancias y que el propio educador

necesita ser educado.

Esto quiere decir que en las mismas circunstancias pueden




darse la influencia de un educador, en este caso los padres

u otro miembro de la familia, que tomando conciencia de la

ineficiencia de sus métodos, resuelve transformarse a sí

mismo como educador,o sea, emprender un proceso de

reeducación que le permite comprender los problemas que

antes no podía ni siquiera enfrentar.

Ese educador, que puede ser cualquier miembro de la

familia, en su proceso de educar, y al mismo tiempo de

revalorizarse constantemente, se encuentra en condiciones

de cambiar esas circunstancias de violencia por otras más

propicias y favorables para su acción y la de la familia en

general.

El papel transformista del sujeto ha de verse no sólo como

la incidencia en las circunstancias, en la familia, en

determinados medios y condiciones, sino también como una

influencia revolucionaria sobre sí mismo que la lleve tanto

a cambiarse dentro de ese sistema de influencias educativas

como a crear nuevas circunstancias.

Al respecto, Marx concluye:

En la medida que la familia entienda que durante el proceso

ella misma debe constituirse en objeto de su influencia,

podrá ser educada por sí misma, conocer sus virtudes y

defectos y crear una estrategia para consigo misma con

vistas a influir de una manera más eficiente en la

prevención de conductas violentas en el marco de las

relaciones familiares.




Durante la década de los setentas se desarrollaron varias

teorías sobre los posibles principios del abuso de la mujer

por su marido o pareja masculino. Una de ellas es a base

del pensar feminista que postula que la sociedad es

patriarcal y que se acepta el uso de la violencia para

mantener dominación masculina.

Conclusiones:
Podemos concluir que la violencia hacia le sexo femenino se
debe a “la asimetría del poder y a la connotación social
que históricamente ha tenido la mujer, tanto en el ámbito
público como privado.
Desde el principio de la humanidad  ha sido superior el

hombre sobre la mujer, y para mantener esa superioridad y

dominio ha sido necesario hacer uso de la violencia. Los

hombres se han convertido en cuidadores y promotores de esa

superioridad sobre las mujeres, y para mantener esta

dinámica social, necesitan una forma de control social;

siendo ésta la violencia intrafamiliar.

Según nos dimos cuenta, esto constituye la base del

patriarcado, que es un sistema de relaciones sociales que

usa a los individuos para imponer el control sobre sí

mismos y sobre otros para usar sus recursos y reforzar el

dominio del superior: el patriarca. La mayoría

de las culturas acepta que la mujer tiene que ser inferior

al hombre, y es éste último el que crea formas culturales

que definen y refuerzan esta supuesta inferioridad de la

mujer: los mitos y las tradiciones. El hombre violento





obviamente apoya estas creencias porque él es quien obtiene

beneficios.

Las diversas modalidades de agresión y abuso desde el

hombre hacia la mujer se ven expresadas diariamente en los

hogares chilenos y del mundo, atravesando el círculo de la

violencia que, en la mayoría de los casos, suele dejar una

o varias víctimas.

Estas agresiones se agudizan por crisis generadas debido a

marginalidad, pobreza, bajo nivel educacional, desórdenes

conductuales y problemas de autoestima del victimario.

Por otro lado, el abuso y maltrato contra la mujer afecta

enormemente la salud, física y psicológica no sólo de ella

sino también de sus hijos e hijas y personas de su entorno.

Numerosos estudios informan que la mayoría de las mujeres

que mueren de homicidio son asesinadas por su compañero

actual o anterior señalado en chile como femicidio.

No podemos omitir ninguna de estas aproximaciones a la hora

de entender las causas de la conducta del maltratador: cada

una de ellas tendrá su cabida, en menor o mayor medida, en

la construcción de cada uno de estos individuos.

Denominándolo violencia machista queda claro que es un tipo

especial de violencia cuyo objetivo es mantener el control

y la subordinación de la mujer al hombre.










Bibliografía
Luis Bonino Psicoterapeuta y Director del Centro de estudio
de la condición masculina desarrolla desde hace 30 años
numerosas actividades en los ámbitos de la Salud mental y
de la promoción de la igualdad entre mujeres y varones.
Psicoterapeuta y médico psiquiatra desde los años 70,
comenzó su formación en Salud Mental y Salud Pública en
Argentina. Desde los años 80 se ha especializado en el
abordaje de las problemáticas clínicas y psicosociales –
especialmente de los varones-, asociadas a los
condicionamientos de género.
Enrique Echeburúa, (catedrático de Psicología Clínica de la

Universidad del País Vasco y pionero en España en la
aplicación de terapias a hombres maltratadores,)